Segovia fue la primera ciudad española en la que consta que se imprimiera un libro. El impresor alemán Juan Párix se instaló en la ciudad, posiblemente procedente de Roma, hacia 1472, y fue contratado por el obispo de la ciudad, Juan Arias Dávila, para imprimir los cánones del Sínodo celebrado en Aguilafuente en ese año. El Sinodal de Aguilafuente fue el primero de los al menos ocho libros que el impresor de Heidelberg imprimió en la ciudad entre 1472 y 1475.
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En aquellos años del siglo XV, la ciudad era una de las principales de Castilla y contaba a menudo con la presencia de los reyes, tanto de Enrique IV como de Isabel I.
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